¡Atrévete a cambiar!

“Esto del digital me coge mayor. Si tuviera veinte años menos, seguro que me metía de lleno en este mundo, pero lo cierto es que me da pereza, algo de miedo y sobre todo, vivo muy bien con mi trabajo y no tengo motivos para cambiar”. Esta confesión me la hizo en su despacho el director de marketing de una importante empresa hace unas semanas.

Gonzalo Giráldez
2 min readApr 23, 2019

La sorpresa no es tanto lo que dice sino la sinceridad con la que lo hace. Desde hace unos años me encuentro a muchos directivos de empresas y agencias que, instalados en sus cómodas sillas, su tarjeta de visita con un cargo rimbombante, con su secretaria, su equipo, el reconocimiento de sus colegas, su coche de empresa y otros beneficios más allá de sus emolumentos, se resisten a cambiar el paso y formarse en el área digital. En este entorno es muy habitual que los proveedores hagan propuestas disruptivas, originales, que busquen sorprender a los clientes con una forma de pensar y de “activar” muy diferente a la convencional y, a menudo, ni siquiera sean tenidas en consideración. No saben ni de lo que hablamos.

El gran valor añadido que las agencias pueden aportar a sus clientes es pensar “out of the box” con entusiasmo, creatividad y nuevas reglas para diseñar propuestas atractivas. En un entorno tan competitivo, tan cambiante, es necesario vivir con esa tensión permanente de innovación.

Cuanto más acomodado estás, menos ganas e incentivos tienes para cambiar, para querer ir más allá, pero eso es una ilusión provocada por el entorno burgués del que algunos disfrutan. El problema no es solo lo efímera que es esa situación que cualquier día puede cambiar y acabar con tus huesos en la oficina del paro, sino que con esa actitud tan acomodada estás privando a la compañía que te paga de mejorar, de avanzar más deprisa y de crecer en tu propuesta de valor como directivo.

El mundo digital a veces es complejo y con frecuencia da vértigo de inicio, pero es un camino que necesariamente todos los grandes directivos tienen que atravesar si quieren liderar de verdad sus áreas de responsabilidad. Esconderse detrás de una mesa de despacho es desleal para quien te paga y una mala decisión a medio y largo plazo.

Déjame que te anime desde esta tribuna a que seas valiente, a que te atrevas a cambiar, a buscar otra forma de hacer las cosas, a formarte, a escuchar a quienes te traen la innovación a tu mesa y a salir de tu zona de confort. Es siempre, y hoy más que nunca, una obligación moral de todo trabajador, -mayor cuanto más alto esté en el organigrama de la empresa-, buscar la excelencia desde el conocimiento y la innovación. Si estás en esa situación, atrévete a cambiar.

Artículo publicado originalmente en Revista Capital

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Gonzalo Giráldez

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